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Los 5 pasos imprescindibles para poner a punto tu bicicleta

poner a punto tu bicicleta

En este artículo vamos a repasar juntos todos los aspectos que necesitas tener en cuenta para poner al 100% tu bicicleta. Si realizas este mantenimiento regularmente, te asegurarás de que tu bici responda y tendrás la seguridad de estar sacándole el máximo partido.

1. Una bicicleta sin rozamientos

El objetivo es que tu bici vaya «como la seda», que todas las partes móviles funcionen suavemente y no te resten movilidad. Hay varios sitios donde tu bicicleta puede estar rozando de más. Estas presiones juegan en tu contra, te suponen un esfuerzo de más y te restan fluidez. Vamos a ir una por una ocupándonos de ellas. El proceso que vamos a realizar es:

LIMPIEZA. Procederemos a retirar la suciedad, la tierra y el polvo con ayuda de un cepillo y también la grasa que se ha secado y endurecido con ayuda de agua y jabón o productos desengrasantes. Algunas partes será conveniente desmontarlas total o parcialmente para poder limpiarlas correctamente.

LUBRICADO. Una vez limpias, procederemos a engrasar bien todas las partes móviles y los rodamientos con grasa o aceite indicados para bicicleta. Una vez hecho esto, recuperaremos toda la movilidad y la suavidad que nuestro modelo de bicicleta puede ofrecernos.

Lubricantes especiales para bicicleta

El aceite se puede aplicar en forma líquida o en spray, y protegerá las partes de la bici del óxido y la intemperie y reducirá la fricción en las partes móviles, pero es importante que no llegue a las pastillas de freno. La grasa se utiliza para partes interiores donde hay rodamientos.

EQUILIBRADO: comprobar si los ejes están rectos, los tornillos correctamente apretados y no hay elementos doblados que estén produciendo rozamiento por estar en una mala posición.

Y éstas son las partes de la bicicleta que tienes que limpiar, engrasar y equilibrar:

Los ejes de las ruedas (bujes). Es conveniente desmontar la rueda y limpiar y engrasar las zonas de rodamiento internas. Después de limpiarlos y engrasarlos y volver a montar las ruedas, fíjate en la calibración, para que la rueda esté perfectamente enderezada y no haya rozamientos.

El Pedalier. Tanto los rodamientos del eje como los ejes de los propios pedales. Desmonta este elemento sólo si tienes suficiente experiencia. Si no, procura limpiarlo y engrasarlo lo mejor que puedas.

La ruleta del cambio de marchas. Este es un lugar donde se suele acumular mucha suciedad. Cepíllala, retira todas las partículas de las partes móviles y los rodamientos y engrásala bien. Un cambio fluido de marchas es indispensable para tener tu bici en condiciones óptimas.

La cadena y sus rodamientos. Las impurezas que tenga adheridas la cadena también estarán restándote movilidad. Límpiala a fondo y engrásala hasta que notes que va suave y casi no ofrece resistencia.

2. El punto óptimo para tus ruedas

Lo primero será limpiar la rueda de polvo y suciedad con un trapo húmedo y después secarla. Después trataremos las partes metálicas (como los ejes) con aceite para prevenir la oxidación.

Mantener la presión exacta que viene impresa en la goma por el fabricante es fundamental. Ni más, ni menos. Comprueba también que el perfil de la rueda no esté demasiado desgastado y que la rueda no presente ningún bulto. Por último, calibra las ruedas hasta que pueda girarlas suavemente sin que rocen con el cuadro ni las pastillas de freno.

3. Frenos y pastillas o discos a punto

Para tener un frenado correcto tienes que comprobar que no necesites presionar la palanca de freno hasta el final y que la bici no frene inmediatamente al tocarlos. Para encontrar este punto medio de equilibrio y poder frenar con precisión y comodidad, puedes ajustar la longitud de los cables ajustando los cabezales.

Comprueba que las pastillas no estén demasiado desgastadas, o el estado de los discos dependiendo de tu bicicleta. Las pastillas de freno tampoco deben estar inclinadas. Con una llave puedes ir ajustando su apertura e inclinación hasta lograr el calibrado perfecto.

4. Equilibrado de manillar y sillín

Éste es un ajuste muy importante al que hay dedicarle el tiempo que se merece. No sólo tiene influencia sobre el confort de la conducción y la prevención de lesiones sino que también influye directamente en el rendimiento del ciclista.

Calibrar la posición del sillín de tu bicicleta

Para calcular la altura óptima del sillín, existen varios métodos. El primero es una fórmula de orientación que consiste en multiplicar la medida en centímetros desde el suelo a nuestra entrepierna (estando de pie) por 0,885.

También se suele utilizar la medida en centímetros de nuestra zancada multiplicada por 0,885, pero nos parece un método más inexacto.

Y por último, otro método es el «método del talón» o de «extensión de rodilla«. Para ajustar el sillín con éste método, primero fijaremos nuestra bicicleta para que no ruede. Después colocaremos los talones en los pedales. Ahora pedalearemos suavemente hacia atrás y ajustaremos la altura del sillín hasta que en la posición más baja del pie (con la pierna estirada), no tengamos que hacer esfuerzo para mantener el contacto con los pedales. También hemos de fijarnos en que éstos no hagan mucha resistencia sobre nuestros pies. Al extender las piernas con los pies en su posición normal en los pedales, el ángulo de la rodilla debe ser de unos 150° (evitando la extensión total), Este punto de equilibrio óptimo es el que nos permitirá una conducción segura y un rendimiento correcto sobre la bici. Al finalizar, debemos comprobar que no perdamos nuestro balance horizontal de caderas al pedalear. Es decir, que no nos inclinemos a los lados al dar a los pedales.

En cuanto al calibrado horizontal, debes tener en cuenta es que no esté colocado demasiado hacia atrás, lo que te provocaría forzar la posición de tu espalda hacia adelante, creando hiperextensión. Debes poder llegar al manillar y los frenos de un modo natural sin forzar ni riñones ni columna vertebral hacia delante o hacia atrás.

Calibrar el manillar

Ahora comprueba que el manillar gire correctamente. Límpialo y ponle aceite si ves que no va todo lo suave que debería ir. El manillar suele ceder un poco con el paso del tiempo por el efecto de los baches y los cambios de temperatura, así que asegúrate de que la altura y la inclinación son las más cómodas para ti. Sobre todo que tu espalda y tus brazos no tengan que esforzarse para poder hacer el movimiento de giro o al pedalear. Y también comprueba que el manillar esté completamente recto con respecto a la rueda delantera.

5. Accesorios: limpios, bien puestos y preparados

Por último revisaremos los accesorios que hemos decidido llevar en nuestra bicicleta. Baterías cargadas, limpieza a fondo, bien sujetos y funcionando correctamente. Aquí se incluyen las luces, los reflectores, los ojos de gato, el GPS, las alforjas, el timbre, la botella de agua o el casco. En el caso de las bicicletas eléctricas, también conviene echarle un vistazo a las baterías y los cargadores y asegurarse de que están llenas y funcionando a pleno rendimiento.

Una vez repasados estos cinco puntos podrás estar seguro de que tu bicicleta te va a dar el máximo rendimiento. Poner a punto tu bici es algo que se debe hacer regularmente, al inicio de cada temporada o antes de hacer un tour con tu bici. Si nuestro artículo te ha parecido interesante, puedes compartirlo con los links de abajo. Muchas gracias por tu atención y mucha diversión sobre tus dos rueda

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